Antes de destapar el champán
y celebrar el Año Nuevo detengámonos y reflexionemos sobre el año que ha pasado,
recordemos tanto nuestros triunfos como nuestros errores,
las promesas que hemos hecho y las que no hemos cumplido,
los momentos en los que nos hemos abierto a grandes
aventuras y en los que nos hemos encerrado
por miedo
a salir lastimados... Porque de eso se trata el Año Nuevo:
tener otra oportunidad...
otra oportunidad para perdonar,
para hacerlo mejor, hacer más, dar más,
amar más, alejar las
dudas y abrazar el futuro.
A la media noche del 31
hay que recordar ser amables
uno al otro,
y no solo ese día sino durante todo el año.
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