martes, 22 de enero de 2013

Reporte: Volcán Quetzaltepeque, Esquipulas, Parque Natural Chatún


Reporte: Volcán Quetzaltepeque, Esquipulas, Parque Natural Chatún
Por: Henry Ávila (37 cumbres)
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Sábado
Iniciamos el viaje con rumbo al volcán Quezaltepeque, el sábado 12 de enero muy temprano por la mañana.  El microbús se llenó de calor humano y compañerismo gracias a nuestro entusiasmo.
Tomamos la carretera al Atlántico haciendo una parada para comer algo y abastecernos de alimentos en Teculután.
Pasamos por Río Hondo, Estanzuela, Zacapa, Chiquimula y finalmente llegamos a nuestro destino, Quezaltepeque.
Existen dos formas de ascender el volcán Quezaltepeque, la primera desde el  pueblo es la más exigente aproximadamente 15kms de ascenso por un camino de terracería.  Y la otra opción que es subir en vehículo hasta el cruce hacia Esquipulas.
Debido a nuestro itinerario (Quezaltepeque, Esquipulas, Chatún) decidimos que teníamos que optimizar el tiempo por lo que subimos hasta el cruce y luego ascendimos a pie 4kms aproximadamente hasta la cumbre.
Desde el cruce se veía cerca, pero conforme iniciamos el ascenso nos dimos cuenta que esos 4kms no iban a ser un paseo por el parque.
Los muchachos habían preparado un delicioso almuerzo que constaba de burritos de carne y queso y gringas, todo el alimento había sido preparado y arreglado en una hielera por nuestro compañero y amigo Manuel Figueroa.
Gustavo Morales (guía del grupo y líder de la excursión) amablemente había organizado una pequeña celebración porque finalmente en este volcán yo conseguiría completar el reto de las 37 cumbres de Guatemala.
Este reto nace en la Federación de Alpinismo de Guatemala, quiénes establecieron estas 37 cumbres para practicar este hermoso deporte.
Así que finalmente yo lograba alcanzar esta después de mucho esfuerzo y sacrificio este día.
En quezaltepeque Mynor Marroquín amablemente se ofreció a comprar una botellas de Sidra para darle sabor a la celebración por lo que le agradecí su gesto.
Inicialmente Mynor y yo iniciamos cargando la hielera con la comida.  Pero después de unos minutos Fernando otro entusiasta amigo, la cargó y la llevó solo él.
Nosotros hacíamos bromas sobre cuánto iba a aguantar o sobre qué había fumado ya que la hielera pesaba para una sola persona.
Llegamos a la base del volcán e iniciamos un inclinado pero corto ascenso a la cumbre.  Finalmente cuando logramos llegar a la cumbre, nos dieron una mala noticia.
La estufa para calentar la carne se había quedado en el bus.  No era factible ir a traerla porque ya era un poco tarde y perderíamos demasiado tiempo.
Así que optamos por celebrar la cumbre y luego bajar a almorzar a algún punto después.  Cuando todos llegaron a la cumbre iniciamos el protocolo de graduación de las 37 cumbres.
Primer punto: palabras alusivas del padrino Gustavo morales.  Gustavo amablemente reconoció el mérito que consiste en lograr las 37 cumbres y cedió la palabra al agasajado.
Yo tenía preparado un discurso pero cuando la botella con agua y tierra lista para ser derramada en mi cabeza perdí la inspiración.  De todos modos aproveché para reflexionar un poco sobre el significado de subir montañas, los esfuerzos y sacrificios que esta actividad requiere, y agradecimientos a personas que habían servido de ejemplo e inspiración para lograr este objetivo.
Segundo punto: algunos compañeros quisieron expresar su emoción de un nuevo colega de 37 montañas y dijeron algunas palabras, entre ellas Letty Echeverría una de las personas más entusiastas por la montaña que he conocido.  También Manuel Figueroa y Susy Cruz expresaron su emoción por el evento.
Tercer punto: Desafortunadamente no podía saltarme el protocolo así que el momento había llegado, me arrodillé y Gustavo llenó mi cabeza de agua y tierra, símbolo de la humildad, amor y respeto por la montaña.
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Cuarto punto y final: para cerrar con broche de oro, abrimos las botellas de sidra y brindamos entre chapuzones de Sidra y tragos.
Desafortunadamente no todo eran buenas noticias, nuestro querido amigo Fernando tuvo un accidente e indicó que se le había caído la Hielera y se habían perdido unos aguacates y aderezos.
Nada del otro mundo así que iniciamos el descenso con el mismo entusiasmo con el que empezamos.
Pero, durante el descenso revisamos la hielera y nos dimos cuenta que no solo se habían perdido el queso, los aguacates el chimichurri, sino que la carne también se había caído así que iba sazonada además con tierra de montaña, que después le daría un buen sabor.
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Llegamos al cruce donde nos esperaba el bus y ya que estábamos rebozantes de energía se nos ocurrió otro reto.
Del cruce hasta Esquipulas habían unos 12kms aproximadamente, pero durante el camino hay un interesante punto turístico conocido como “La piedra de los compadres” que son dos curiosas piedras una sobre otra posadas a la par del camino.
Dice la leyenda que unos compadre y una comadre tenían un amorío prohibido y en cierta ocasión que se encontraron para concretar su pecado quedaron convertidos en piedra.
Yo acepté el reto, era algo duro, porque era correr sobre terracería unos 7kms, y tratar de llegar antes que el Bus.  Así que inciamos la carrera Susy, Eduardo, Fernando y yo.
Al principio nos mantuvimos unidos, pude observar unos hermosos paisajes del valle de Esquipulas así como el volcán Quezaltepeque con los colores del atardecer.
Luego me quedé solo pero mantuve el paso, llegando a los 7kms empecé a sentir cansancio, pero repentinamente apareció no solo el bus, sino que también Eduardo muy decidido a rebasarme, por lo que los últimos metros se convirtieron en una carrera en la cual íbamos hombro a hombro pero finalmente Eduardo me rebasó y llegó antes.
Nos quedamos unos momentos, apreciamos las creencias de la gente al hacer rituales a la piedra y pedir milagros.
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Ya entrada la noche continuamos hacía nuestro siguiente destino: Esquipulas.  Llegamos a la ciudad, bajamos del bus y llegamos a la majestuosa basílica, llena de gente y llena de colores debido a la feria.
Yo aproveche a tomar fotos y luego di una vuelta por la feria.
Regresamos al bus y nos dirigimos hacia nuestro siguiente destino el parque Chatún.
Llegamos y nos llevaron al área de campamento, por primera vez tenía duchas y luz eléctrica cerca de mi carpa.
Armamos campamento, nos bañamos y finalmente preparamos la comida, calentamos la carne al estilo “tierra de montaña” bien frita para matar cualquier riesgo de ir al baño y nos dimos un festín con un burrito gigante de carne y una gringa de queso acompañado de refresco de Jamaica.
Después de una rica cena y una rica charla me fui a acostar a mis aposentos.
No hacía calor, estaba fresco, aún así decidí no poner toldo.  Tampoco llevaba bolsa de dormir, por lo que me quedé únicamente con mi carpa sin toldo.  Estaba algo cansado y me dormí luego.
Pero no contaba con el frío del a madrugada.  Bajó la temperatura y me desperté por el frío, me arrepentí de no haber puesto toldo.  Como pude seguí durmiendo aunque con los pies fríos.
Domingo
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Nos levantamos temprano y fuimos a dar un recorrido por el mirado del parque que nos mostraba el volcán Quezaltepeque en la lejanía hacia un costado la ciudad de Esquipulas.

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Luego bajamos y nos dimos un chapuzón en la piscina.  Gozamos bastante nadando y jugando.
Partimos del parque y nos dirigimos a nuestro destino final la ciudad de Esquipulas.  Hacía bastante calor y decidimos ir a la basílica y luego caminar por la ciudad.  Después de algunas horas nos reunimos en el bus y nos dirigimos a Teculután donde nos deleitamos con un deliciosa almuerzo en el restaurante Tortas Mila.
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Después de el suculento almuerzo abordamos el bus y nos dirigimos de regreso a la ciudad.  En el camino nos quedamos todos dormidos, no era para menos después de un largo y emocionante viaje.
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Henry Ávila

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