jueves, 23 de septiembre de 2010

LA TRIPLE 2010 - Reporte

La triple Acatenango Fuego Acatenango 17, 18, 19 de septiembre de 2010


Por: German Sucuqui (narración) y Gustavo Morales (textos de las fotos)




Después de varios meses sin hacer cumbre en un volcán decidí ir a esta actividad, sin antes invitar a mis amigos y uno de ellos se apuntó… Empezó con el encuentro el viernes a las 9:30 de la noche en gran vía, lugar donde se concentraron varios conocidos con experiencia en alta montaña y yo que sin saber que iría como libre, ya que todos tenían el propósito de entrenar.


Varios a última hora cenando, comentando la actividad y leyendo, emprendimos nuestro viaje a través de la ruta a Chimaltenango para poder llegar al municipio de Parramos para luego tomar la ruta que nos llevaría a la aldea la soledad, antes de llegar a la aldea la Soledad, al ayudante del bus se le ocurrió preguntarle a unos agentes de la PNC el camino correcto, se aprestaron a guillarnos pero al final de la carretera asfaltada solicitaron verificar los documentos del vehículo, llegamos a buena hora para emprender el ascenso pero don Roberto nuestro guía indico que por razones de seguridad iríamos en la madrugada, mientras llegaba la hora apropiada varios dormimos en el bus, otros armaron carpa y otros en un rancho habilitado por don Martin, nuestro anfitrión en la aldea La Soledad.



A primera hora del día sábado iniciamos el acenso en termino de varios minutos, y con el camino infinito de siembras de maíz nuestro primer re agrupamiento, llegamos al árbol hueco o como se le llame… aquí era el lugar del desayuno, pero al final llegamos al conejito a desayunar, luego de varios relatos de experiencias de Carol, del recuerdo que dejo congelado en la expedición a México y de las experiencias de nuestro guía don Roberto nuevamente emprendimos el ascenso hasta el conejo, en este trayecto empezó a caer una leve lluvia de arena, trayecto que además se volvió interminable para mí, logre llegar no sin antes consumir varias bebidas y dulces de miel, aquí, nos re abastecimos nuevamente y recobramos energías.

El primer caído del viaje: nuestro guía Roberto De León


 
Miguel y Luis Girón dispuestos a demostrar que pueden con los Nevados Mexicanos

Wendy iniciando el ascenso a las Marías



El ascenso de las Tres Marías fue lo más difícil en el cual después de varios descansos no oficiales llegamos a ver la cima de Yepocapa, esto indicaba que estaríamos cerca de nuestra primera cumbre, aquí con la vista puesta en la cubre nos rehidratamos y otros que compartieron comida, nos reabastecimos de líquidos y planificamos el ascenso a la cumbre del imponente volcán de Acatenango, nos dividimos en dos grupos, los que preferían no ir por la maldita lo podían hacer y la mayoría que estaba entrenando no tenían opción, yo decidí ir por la otra ruta, el cual fue más complicado a mi parecer ya que había mucha arena y demasiado viento y frío, así que cuando llegue a la cumbre ya casi todos habían llegado, en esta oportunidad mi estado físico me decía que ya no quería saber nada de la actividad y mi estado mental no muy lúcido decía que debía continuar hasta las últimas fuerzas que quedaran, luego de que todos almorzaron porque yo no… emprendimos nuestro descenso.


Acá estoy yo.  Al fondo: el pico mayor del Acatenango.


La mayoría decidimos ascender por la cuesta conocida como "La Maldita", vean su grado de inclinación y verán si se merece su nombre o no.


Primera cumbre: ACATENANGO


Al termino de unos minutos buscamos el sendero, que nos llevaría a la horqueta (collado), este estaba cubierto por lahares que habían descendido por las constantes lluvias los cuales dificultaban la correcta ubicación, unos preferían ir sobre las piedras, otros sobre la arena, sin antes llevarnos una caída, hasta que nuestro guía mayor dio las correctas coordenadas y al ver el panorama continuamos nuestro descenso, logramos apreciar la próxima cumbre el cual por momentos el cielo inmenso permitía apreciarlo, motivo para tomarnos fotografías y apreciar la obra de Nuestro Dios.

Fabián, en el descenso hacia la horqueta.


Tuvimos mucha suerte, el volcán de Fuego despejado casi en su totalidad, acá vamos a medio descenso del Acate. dirigiéndonos a la horqueta.

Llegamos al lugar de campamento a las 6 de la tarde pero Carol y su equipo ya habían llegado y se suponía que deberían estar durmiendo para estar preparados a la media noche, pero como saben, Carol es incansable… continuaba…

A las seis y media preferí dormir que comer, ya que estaba totalmente agotado, sin antes decidir no ir a la siguiente cumbre debido a que ya tenía poca agua y no tenía más comida energética.

Luego de doce horas y minutos Don Roberto dijo, Bueno, Bueno… nos vamos y nos vamos los que estén listos a las seis y media… Javier fue el primero en empezar a hablar con don Roberto y me indico que había un bonito paisaje, fue cuando me levante y pude tomar las primeras fotos del día, hasta a los que estaban fertilizando la montaña…

Viendo que todos se levantaban pregunte a don Roberto que debía llevar e indico que nada ya que regresaríamos pronto, entonces decidí ir, sin antes llevar alimentos y algo de bebida, por aquello de las dudas…

Muy tempranito, ascendiendo el Fuego desde la horqueta
En el trayecto pudimos observar varios volcanes ya que a nuestra izquierda estaba el de Agua, el Pacaya y otros que se veían en el horizonte que aun no los conozco en el lado derecho pudimos apreciar el Atitlan, el Toliman el lago de Atitlan, el Santa Maria, el Cerro quemado y el techo de Centro América el Tajumulco que también se dejo ver por unos minutos.
La mejor vista del VOLCAN DE AGUA
German y Javier, ya sobre el camellón del Fuego, al fondo se aprecia el Acatenango

Georgina, que siempre nos sorprende con su fortaleza.

José Carlos arribando al camellón del Fuego


El expedicionario Holker, quien por cierto estuvo de cumple este 21 de sept.
Segunda cumbre: el volcán de Fuego, que justo en el momento lanzó una tremenda erupción.

¿De nuestra segunda cumbre? haaa pues nada más y nada menos que apreciar el majestuoso volcán de Fuego, el cual no dejó de impresionarnos lanzando ceniza y piedras, pero para unos no era peligroso y decidieron caminar más de la línea de seguridad y otros como Holker queriendo estar más cerca de la… acción, peligro, emoción, adrenalina o a lo mejor todo eso en un solo momento.

De regreso a la horqueta.

Lo impresionante fue el clima, ya que en ningún momento sentimos frio, así como las nubes nos permitieron ver por varios minutos toda la cadena volcánica de occidente a oriente.

A las ocho treinta ya estábamos en la horqueta, donde acampamos la noche anterior, unos desayunando otros completando el almuerzo del día anterior porque no lo hicieron igual que yo, con la promesa de regresar, sí de regresar y hacer unos tres o cuatro días en ese bellísimo lugar, emprendimos nuestro último ascenso sin antes recibir las instrucción de nuestro gran guía, indicando que el acenso era libre y que Georgina, Wendy, Javier y yo iríamos con El.

Henry Morales, quien aunque sonrió para la foto, venía sudando la gota fría.  El volver a ascender el Acatenango, desde la horqueta, es siempre la parte más difícil de la Triple.

Al centro: Henry y Carolina.
El asenso fue eterno, ya que estábamos con las reservas de agua y otros un poco cansados, pero con bastante entusiasmo ya que no había forma de retornar y olvidar la experiencia los minutos y segundos vividos intensamente no podíamos retornar las fuerzas las emociones el sudor lo que si podíamos hacer era completar la hazaña y llevar dentro de nuestros corazones mente y mochilas de la vida las enseñanzas de nuestro guía, compañeros y amigos…

Lo interesante fue conocer otra ruta y escalar ya que con la experiencia de don Roberto se nos hizo relativamente fácil emprenderlo y desarrollar habilidades desconocidas, eso sí, sin antes recibir las sabias instrucciones y en repetidas ocasiones indicadas por nuestro guía, debido a que entre nosotros había aquello de no querer aceptar el consejo de otros.

El ascenso me enseño a seguir instrucciones ya que pude ver que quien no las seguía y optaba por ir a otro lado, se cansaba mas y hacia el doble de camino,

Aprendí muchísimo así que si quieren aprender pues cordialmente invitados a caminar como dice don Martin “junto al pataechucho del Roberto”

Después de seguir escalando entre piedras y lo más peligroso y emocionante, con mochila, el cual hasta ahora me pongo a pensar… por supuesto, llegamos al plato, el cual no se ve sino hasta que se da el último paso.

Francisco Samayoa arribando al plato del Acate. por segunda vez
Wendy, tan contenta  de lograr su Triple, que no quiere quitarse la mochila
Impresionante arribo de Javier, la emoción no le cabía en el pecho... Javier se ganó la felicitación de todos al escalar sus primeros volcanes de esta forma que requiere de tanto esfuerzo.


Ahí ya estaban casi todos los expedicionarios completamente relajados, otros dando instrucciones de alta montaña y otros trotando alrededor del plato, y dentro de las actividades estaban algunos dando instrucciones para usar correctamente el piolet.

Tercera cumbre: el Acate. de nuevo, MISION CUMPLIDA.


Hicimos al final los actos de cumbre y la oración así como las fotografías, sin antes dar los honores a quienes se destacaron en la actividad por parte de Don Roberto.

El descenso no era del todo fácil ya que para regresar teníamos que pasar por la cima de Yepocapa, el almuerzo se realizo a las cuatro de la tarde aproximadamente y compartimos hasta lo último de las reservas, sin perder el entusiasmo y la espera de la cena porque ya habíamos encargado unos deliciosos tamales de la casa de don Martin emprendimos el descenso final.

La cena fue lo más exquisito de la actividad ya que incluía tamales recién salidos de la olla y dobles para quien lo prefería con limón y café hervido, gustosamente preparados por la familia de don Martin, todos compartimos el último momento para emprender nuestro regreso.

Debo expresar acá una pequeña reflexión algo muy importante para la culminar con satisfacción esta actividad y otras muchas en nuestra vida es la fortaleza que puede existir en nuestra mente y corazón ya que el caso de Javier, quien era su segundo ascenso a un volcán, lo emprendió sin conocer lo difícil de la actividad y para algunos puede ser ignorancia o imprudencia al emprenderla, pero cuando a uno le envían mensajes negativos tales como “no podes”, “es difícil”, uno se lo cree, y no hace el más mínimo intento, desconoce y se pierde en este caso lo que Dios ha dejado para nuestra distracción y sana diversión.

Hasta la próxima actividad…

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